Plantas domésticas tóxicas (Parte I)
Cómo hemos mencionado, las plantas brindan una amplia
variedad de beneficios entre los que destacan la mejora en la calidad del aire,
atractivo visual, ambientes de relajación, regulación en la temperatura de
edificios, alimentación, entre otros. A pesar de lo anterior, hay que recordar
que el propósito final de las plantas (ni de ningún otro ser vivo), no es
servir al ser humano. Todas las plantas cuentan entonces con mecanismos físicos
o químicos que les permiten defenderse de depredadores e inclusive otras
plantas. Estos mecanismos varían de ejemplar a ejemplar, siendo algunos más
agresivos que otros, especialmente cuando la planta produce compuestos tóxicos.
Los compuestos tóxicos de una planta suelen ser inofensivos
cuando el nivel de manipulación o interacción con la planta que los produce no
va más allá de las actividades que llevaríamos a cabo comúnmente con una planta
ornamental, como regarla, tocarla gentilmente o podarla, ya que la toxicidad
requiere en la mayoría de los casos, de una ingesta directa de alguna de sus
partes para mostrar algún efecto sobre el organismo. Sin embargo, pueden
resultar especialmente peligrosas para niños y mascotas, por lo que conviene
revisar algunas de las plantas domésticas más comunes que pueden representar un
riesgo si son ingeridas o manipuladas de forma incorrecta.
Notas
En el artículo se excluyen plantas silvestres y aquellas que
representan un riesgo evidente por sus características morfológicas como las
cactáceas.
La mayoría de los efectos tóxicos se presentan a causa de la
ingestión de alguna parte de la planta. En el caso de los efectos tóxicos
descritos por contacto, la toxicidad suele presentarse cuando la manipulación
compromete la integridad de la planta, es decir, con el quiebre, triturado y/o
machacado de sus partes.
Igualmente es importante señalar que nunca y bajo ningún
motivo debe ingerirse alguna planta, aunque sea considerada medicinal sin pleno
conocimiento de sus efectos sobre el organismo propio y de mascotas, y que la
manipulación de cualquiera de ellas debe ocurrir con el mismo nivel de cautela.
Simbología
Las imágenes destacan únicamente los efectos más frecuentes,
pero no necesariamente se limitan únicamente a ellos.
Especies
El motivo de la toxicidad de la hiedra son los glucósidos,
particularmente la hederina. Los glucósidos, son moléculas compuestas a base de
uno ó varios carbohidratos y una molécula diferente a un carbohidrato, que en
conjunto sirven como molécula de almacenamiento de azucares para la planta.
Existen diferentes tipos de glucósidos dependiendo de la molécula que se
encuentre acompañando a el ó los carbohidratos.
La hederina, es un glucósido de tipo saponina presente en la
hiedra. Aunque sus propiedades toxicas sobre las células han sido estudiadas y
utilizadas a favor de las personas en tratamientos terapéuticos como agente
expectorante, antibiótico y hasta contra el cáncer, hay que señalar que tales
usos sólo son posibles después de aislar y dosificar en laboratorio dicho
compuesto.
El efecto de la hortensia se atribuye a la hidrangina y a
las saponinas. La hidrangina es un glucósido de tipo cianogénico, reciben dicho
nombre porque contienen cianuro y cuando se activan, son glucósidos capaces de
generar de ácido cianhídrico. Las saponinas son un tipo de glucósidos
compuestos por carbohidratos con esteroides, y sus propiedades toxicas derivan
de su capacidad para irritar las células y romper sus membranas en ciertas
dosis.
La nochebuena debe su toxicidad a la presencia de
alcaloides, fenoles y su látex. Los alcaloides, son moléculas derivadas de
aminoácidos, generadas por las plantas con fines de autodefensa. En los
animales, estas moléculas poseen efectos que van desde ligeramente estimulantes
hasta altamente psicoactivos.
Los fenoles, son compuestos aromáticos que al igual que los
alcaloides, son producidos por las plantas con fines de autodefensa contra
herbívoros y patógenos.
Finalmente, el látex, es el material acuoso de apariencia
lechosa que secreta la planta como resultado de algún tipo de daño en sus
tejidos. Se encuentra conformado por proteínas, alcaloides, azucares,
almidones, aceites, taninos, resinas y gomas. Cumple una función de autodefensa
y la evidencia señala que puede contener concentraciones de 50 a 1000 veces
mayores de compuestos tóxicos que el resto de los tejidos de la planta en
cuestión.
La planta de teléfono contiene cristales de oxalato de
calcio. Estos cristales suelen agruparse en formas de agujas. Su actividad
toxica, más que de alguna actividad química, deriva de su nociva forma aguda
capaz de producir lesiones sobre los tejidos gastrointestinales y la piel
Estos ejemplares, al igual que la planta de teléfono, debe
su toxicidad a los cristales de oxalato de calcio.
La planta adonis resulta toxica debido a la presencia de
alcaloides, en especial uno llamado licorina. Dicho alcaloide que actúa
inhibiendo la síntesis de proteínas. Nuevamente, aunque sus propiedades tóxicas
han sido estudiadas con fines terapéuticos como antiinflamatorio, antitumoral y
antiviral, requiere del aislamiento y dosificación correcta, de lo contrario
sus efectos pueden ser mortales.
La glicina, contiene resinas y glucósidos como la wisterina,
una saponina y la principal responsable de la toxicidad de sus semillas.
Esta es una de las plantas domésticas con las
concentraciones más altas de cristales de oxalato, que junto al ácido oxálico,
un ácido fuerte cuya toxicidad deriva tanto de su capacidad corrosiva sobre los
tejidos con los que tiene contacto, como de su participación en la formación de
cálculos renales, le otorgan un alto grado de toxicidad.